17/3/10
NO HAY VACACIONES
Hoy cerré temprano. Desempolvé todas las cosas de segunda y apreté largamente mis dientes. Martes, 2:30 p.m. Los expertos en accidentes aseguran que nada es para siempre (los mismos que guardaban un futuro prometedor en bolsas negras, hermano, amiga, todo adentro). El sol se derretía por dentro. Miré por la ventana lateral de la recepción, esa que da a la calle, inmóvil en una discusión personal sobre mis quehaceres. Escarbé las cenizas de fin de mes sin hallar rastros de humanidad y desaparecí. No hay vacaciones...
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